Drácula

El drácula de Bram Stoker.

Mejor que decir “el Drácula”, como se suele leer por ahí, deberíamos dejarlo en Drácula a secas, sin artículo, porque ese Drácula es el genuino. Basado muy de refilón en un personaje real de la alta Edad Media, un héroe local válaco, que pasó casi toda su en Transilvania, Bram Stoker consiguió hacer una novela repleta de emoción.
Hay que destacar que la obra encaja perfectamente en la novela gótica. Son protagonistas el amor y la muerte. Están siempre presentes los cementerios, los manicomios, la noche, las tormentas... todo esto rodeado de un halo de misterio en el protagonista, que además proviene, para la época, de una tierra exótica e inhóspita como la lejana Transilvania, coronada por los Cárpatos. Parece ser que en los bocetos de la novela lo quería situar en el Tirol, también montañoso y exótico, peor creo que nadie se puede imaginar a nuestro temible conde ataviado con un sombrero con pluma, con peto y bebiendo cerveza en vez de sangre.
La historia es de lo más atractivo, y esto está demostrado por el número de versiones cinematográficas que hay de ella. Muchas de las películas están muy bien, pero el libro es muy recomendable.